Diario de un viaje. Por Ana Mármol.

Día 18 de mayo de 2017 - 6:00 de la mañana.

Me levanto emocionada después de no haber dormido casi nada. Las maletas ya estaban preparadas el día anterior y estaba lista para irme. El maestro nos pidió estar en la puerta de nuestro colegio a las siete menos cuarto de la mañana, por lo que allí estábamos "todos" sin falta.

Subimos al autobús a las siete en punto, aunque nos dimos cuenta de que faltaba un compañero y tuvimos que esperarlo.

A pesar de que no habíamos dormido mucho la noche anterior, y aún siendo las siete y cuarto de la mañana, no teníamos nada de sueño y pedimos al conductor del autobús (que por cierto, nos acompañó todo el viaje), que pusiera música. Me senté delante con mis amigas, que estaban igual de emocionadas que yo, y no paramos de cantar en todo el viaje. Durante algunos momentos, cuando la canción se la sabía todo el mundo, el conductor subía el volumen y... menuda fiesta.

Antes de nuestro verdadero destino , sobre las nueve de la mañana, paramos a desayunar en una cafetería. Todos los clientes eran ingleses y estaba llenísima, por lo que nos fuimos fuera. Además todos nos compramos unas pelotas saltarinas como diversión, el primer gasto de nuestro viaje.

Por fin llegamos al Bioparc de Fuengirola sobre las diez y media de la mañana. Había más autobuses de otras escuelas, aunque éramos los mayores. Entramos al zoo y una guía se presentó y nos contó lo que íbamos a ver durante la mañana. Primero entramos al lugar en el que supuestamente estaban los lémures. Tuvimos la suerte de verlos salir desde su hogar, una réplica de un árbol un poco singular llamado Baobab.

Luego fuimos al aula del Bioparc, había sillas como las del colegio y parecía que íbamos a dar clase... ¡pero fue mucho mejor! La guía nos enseñó distintos animales raros; como el caracol gigante o el bicho palo...

Después dimos una vuelta por el zoo, parándonos en todos los animales mientras nuestra guía nos explicaba su nombre, lo que hacían... personalmente, me gustó mucho, ya que estaba todo muy bien explicado.

Antes de ver la exhibición de animales que teníamos preparada, paramos a tomar algo en un merendero. La exhibición fue increíble, los animales sabían lo que tenían que hacer, ¡eran auténticos actores!

Tras comprar los regalos de rigor en la tienda del zoo partimos hacia Málaga, allí comimos en un McDonald's. La comida que íbamos a comer ya la teníamos preparada, y aunque hubo algunos errores pasamos un rato muy agradable. Al salir del restaurante los maestros nos invitaron a un helado, que nos comimos mientras nos desplazábamos hasta la Alcazaba de Málaga.

Entramos en el monumento a través de un ascensor y nos hicimos unas fotos magníficas gracias al paisaje que se veía desde lo alto del monumento. Después nos fuimos a dar una vuelta por el centro histórico de la ciudad hasta llegar a la calle Larios, allí hicimos unas compras para nuestras familias. El autobús nos recogió en el puerto de Málaga, junto al faro.

Desde allí, nos llevó al hotel Royal Costa de Torremolinos, donde dormiríamos, y los maestros nos dijeron con quién nos tocaba dormir esa noche. Hecho esto nos fijaron una hora para bajar a cenar, ya que antes nos tendríamos que acomodar en la habitación y darnos una ducha.

Cuando terminamos de cenar había un bingo en la puerta del restaurante del hotel, al que jugamos todos, aunque lo pasamos bien nadie de nuestra clase ganó. Luego nos fuimos a dar una vuelta por la orilla del mar... hasta que nos dimos cuenta de que el mar estaba muuuuuuy lejos, por lo que solo dimos una vuelta al barrio :) A pesar de ello lo pasamos muy bien, todo el mundo contando como era su habitación y con quién les había tocado...

Finalizado el paseo, los maestros nos dieron unas normas a seguir para hacer más cómodo nuestro alojamiento. Nos dijeron la hora del desayuno y nos fuimos cada uno para nuestra habitación. Allí nos pusimos los pijamas y nos lo pasamos como los indios... Hasta que nos venció el sueño.

Día 19 de mayo de 2017 - 7:30 de la mañana.

Mi habitación se despertó antes de la hora prevista, así que decidimos vestirnos y ahorrar tiempo para tener más tranquilidad. El teléfono empezó a sonar, nosotras lo cogimos pero no contestaba nadie, pensamos que era una broma de alguno de nuestros compañeros, pero esto se repitió varias veces. Llamaron a la puerta y resulta que había sido nuestro maestro para despertarnos. Nos dijo que teníamos que estar a las ocho y media en recepción, así que nos quedamos charlando.

A pesar de habernos despertado antes y con tiempo de sobra, fuimos las últimas en llegar a recepción por un imprevisto... ¡Bajando las escaleras se nos perdió la tarjeta de la habitación! Aunque por suerte la encontramos y fuimos a desayunar. Cuando acabamos nos salimos a las hamacas que había al lado de la piscina y empezamos a charlar, mientras los maestros nos hacían fotos.

Guardadas las maletas y subidos en el autobús, y aunque los nervios ya se habían ido, estábamos igual de contentos que el primer día, así que nos pusimos a cantar otra vez durante el viaje a Benalmádena para visitar Selwo Marina.

Estuvimos toda la mañana en el Selwo, vimos todos los animales y varias exhibiciones; de delfines, pingüinos, aves... Después fuimos a comer en el restaurante del zoo y estuvimos un poco despidiéndonos ya de Málaga.

Al salir nos fuimos a un parque grandísimo, el de la Paloma, y estuvimos haciéndonos fotos y jugando un buen rato.

Y ahora sí, ya únicamente nos quedaba una última cosa por hacer, montarnos en barco. Fuimos a Puerto Marina y nos montamos en un barco azul muy decorado. Nos dieron una charla sobre el mar y sobre respetar el medio ambiente, después estuvimos dando vueltas por el barco y viendo el mar desde aquellas preciosas vistas. Cuando el barco nos dejó otra vez en tierra fuimos a buscar el autobús que nos esperaba para volver al pueblo, aunque antes haríamos una parada para merendar.